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El Regreso

La gente teme. El enemigo está entre nosotros. Por una vez, acordamos en algo. Nos aislamos.


La calle está quieta. El silencio aparece y se instala. Me invita a la quietud.

Y allí, florecen pensamientos. Algunos son como mantos de luz. Otros se tiñen de negro y muestran las sombras que oculta mi ego.

Me dejo llevar y pronto me detengo, me despierto. Tomo conciencia. Respiro lento y profundo y descubro que estoy acá,

no hay pasado ni futuro, solo un instante preciso.

Percibo mis pies, fríos están. Mis piernas se tensan y pronto se sueltan. Los latidos de mi corazón comienzan a descender, están ahí, me acompañan en todo momento.

Escucho una voz... Con un suave cantar me dice que no busque más.

Que me detenga.

La lentitud se hace parte de mi

y me acompaña hacia un sendero rodeado de árboles frondosos. No dudo en entrar y sentarme cerca de un arroyo.

Sólo observo y contemplo el agua fluir, el sonido de las hojas y el viento.

Espero.

Confío.

El tiempo se diluye.

Sólo el Kairós prevalece.

Una sensación de paz y esperanza invade mi centro. Nada que temer,

un torbellino de compasión me envuelve y solo espero.

Confío.

Tanto busqué afuera...

Y en un instante me doy cuenta

que todo lo que buscaba estaba tan cerca.

La separación desaparece

y entiendo que siempre fuimos uno. Nada me divide del universo.

Soy una parte del todo y el todo está en mi. El enemigo no era más que la consecuencia de mi separación con el espíritu divino. Vuelvo y ya nada será igual Nada que buscar, ya regresé a mí.

Autoría : Eli Polifrone


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