Menos personajes, más personas.
Actualizado: 12 oct 2019
En mis años trabajando como docente y coach, siempre vinculada a las temáticas relativas al comportamiento humano, no hago más que poner a prueba nuestra capacidad para conectarnos con nosotros mismos y con los demás. Somos seres sociales, que necesitamos sentirnos conectados con otros, necesitamos sentirnos reconocidos y mirados, desde lo más profundo, desde nuestras penas y alegrías.
Sin embargo, como humanidad, hemos estado construyendo máscaras y personajes de todo tipo para adecuarnos a parámetros ficticios, idealistas y muy lejos de ser humanos.
En este camino de esconder y tapar, puede generarse toxicidad emocional. Las personas que suelen mostrar un alto nivel de positivismo, pueden terminar provocando daños en su persona como en los demás, pues pierden la conciencia de lo real y la característica más humana: la vulnerabilidad.
Sentir vergüenza, temor, angustia, es humano. La clave está en tener el coraje para aceptar que somos imperfectos. Como dice René Brown “ estoy muy agradecida por sentirme vulnerable, porque implica que estoy viva”, la aceptación de nuestra imperfección nos hace más humanos.
En muchas ocasiones, veo cómo se usan elementos externos para acallar esta parte tan bella de nuestra humanidad, con alcohol, con ansiedad por la comida, con exceso de tv o series, con auriculares y música constante, que denotan el querer abstraerse, el querer” dejar de sentir”. Y si dejas de sentir, dejás de vivir.
Cuando no dejamos que otros expresen sus emociones o no nos dejamos transitarlas en nosotros mismos, la energía que conlleva toda emoción se estanca, y como el agua que deja de correr fluidamente por el río, se pudre.
Entonces, te invito a reflexionar:
¿ Qué tan tóxico/a estás siendo en tu vida, con tu pareja, tus familiares, tu vecino, tus compañeros de trabajo, con vos?
¿ Qué sucede cuando no te permitís que las cosas duelan? ¿ Qué sucede cuando tenés miedo al dolor?
Atravesar por ciertas situaciones dolorosas, nos permite evolucionar, y si las pasamos por alto, la vida nos volverá a golpear la puerta hasta que atendamos la situación para aprender.
El dolor no se puede evitar, pero sí el sufrimiento. El sufrimiento aparece cada vez que no nos hacemos cargo del dolor, es el dolor de no hacerme cargo de lo que siento. Cuando queremos controlar el dolor y las emociones, terminamos sufriendo.
¿ Qué dolor estás intentando controlar?
¿ Qué beneficio te traería aceptar ese dolor?
¿ De qué manera el dolor puede transformarse en un aprendizaje para tu evolución y la de otras personas?
Si lo que se estanca, empobrece, entonces necesitamos fluir. Para fluir en la vida,
¿ Qué necesitás soltar?
¿ Cómo hacerte más liviano/a?
Cuando otros no quieren verte dolorido o simplemente no comprenden tu dolor, tienden a decir: "No llores, no pasa nada", "Ya está, a otra cosa!" Agradeceles que se ocupen de vos, y deciles que en el dolor estas creciendo y que lo necesitas.
Seamos más humanos, menos máscaras, y más personas.
En los próximos artículos, trataré este tema a nivel organizacional.
Un gran abrazo!
Eli

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